Las pilas son arrojadas con el resto de los residuos, yendo a parar a los basureros que en nuestro país suelen ser solo vertederos incontrolados, ubicados en cualquier sitio, sin tener en cuenta estudios geológicos e hidrológicos en su instalación. Las pilas sufren la corrosión de sus carcazas afectadas internamente por sus componentes y externamente por la acción climática y por el proceso de fermentación de la basura, especialmente la orgánica, que al elevar su temperatura a los 70° C, actúa como reactor de la contaminación.
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